Rescatando al Soldado Meade.- Voz de América Rubio


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                                               RESCATANDO AL SOLDADO MEADE


La campaña del Partido tricolor, sigue encaminada, en forma equivocada, a la atracción de un segmento social que se ha diluido significativamente en los últimos años, sin que los priistas hayan reparado en este aspecto social tan significativo.

Su apuesta en curso, es atraer al espectador pasivo marca Televisa, con una estrategia donde el peor candidato que ha presentado el Partido en los últimos tiempos, se comporta como destacado combatiente, defensor de los principios nacionales (traicionados todos por el PRI), enfrentado a un López Obrador que ha construido la más temible máquina de guerra conocida en nuestro país y que lleva por nombre Morena. Todo lo que propone este nuevo Partido, es atentatorio a la libertad y seguridad de los mexicanos.

El PRI se vuelve entonces en custodio de los valores que disfruta nuestro país actualmente. Es el instituto político preocupado por los intereses nacionales. El garante de la Ley y la Paz en el país. Es el grupo político que ha sembrado la grandeza actual en un México de fantasía. El discurso de Meade repite hasta el hastío esta reseña de ese PRI imaginario que piensan, se vende bien entre un público que desconoce completamente la diferencia entre realidad y serie televisiva. Aquella vetusta consigna de "si lo dijeron en la tele, debe ser cierto", les parece a los priistas aun aplicable en el momento actual. El espectador "jodido" (como dijera el Tigre Azcárraga), se traga toda la basura que se le administra vía televisión y periodismo chayotero. Al menos, esa es la idea que aún tienen los priistas.

Es pues, a ese segmento social a quien se dirige la campaña política del PRI actualmente. Según sus cuentas, se trata de millones de indecisos espectadores, a los que se puede engañar con la zanahoria apropiada. Y esa zanahoria se llama actualmente José Antonio Meade, el tecnócrata disfrazado de caudillo libertario, que hace intentos desesperados por cumplir con el papel que le fue asignado, en una película de guerra inventada por los pésimos guionistas en el gobierno. Su actuación hasta la fecha, ha sido lamentable. No convence ni a los más fieles televidentes, que han llorado por años con los melodramas marca Televisa.

Los golpes contundentes que Meade ha intentado propinar a la candidatura de López Obrador, han resultado contraproducentes. El PRI se derrumba en todas las encuestas y Morena no deja de crecer a nivel nacional. En el inicio de las campañas, Meade y su comando disparaban intentando alcanzar el corazón o la cabeza del candidato de izquierda, seguros de que alguno de los tiros, haría blanco preciso en su contrincante. Hoy, desesperados, disparan enloquecidos a todo lo que se mueva, llámese Nestora Salgado, Napoleón Gómez Urrutia, CNTE, Elba Esther Gordillo, etc.

El tiempo se les acaba y el soldado Meade no ha podido avanzar en el frente ni unos cuantos metros.

En un esfuerzo final, el alto mando priista ha enviado a la línea de fuego, como nuevo estratega general, al fogueado especialista en guerra sucia René Juárez Cisneros, para intentar un último asalto a la fortaleza de Morena, a sabiendas de que es una batalla por demás perdida.

Sin embargo, el sacrificio final del anodino Meade y su pequeño grupo de perdedores, tiene la intención de salvar los últimos batallones prisitas que pueden aspirar a puestos de elección popular en estas elecciones. Del desastre electoral que se avecina, hay que rescatar las pequeñas partes sanas que le queden al PRI, después de esta desastrosa batalla.

Aparentemente, Juárez Cisneros llega para rescatar al soldado Meade, pero esto es solo apariencia para los televidentes tricolores. El tecnócrata está condenado al sacrificio desde hace varias semanas. Lo importante para el PRI en este momento, es con seguir el sufragio del votante desinformado, para apuntalar las campañas de los aspirantes menores, a fin de no desaparecer por completo, del panorama político nacional.

Solo hay un pequeño detalle que no han considerado los priistas en esta última etapa de sobrevivencia: el espectador pasivo está en vías de extinción. La audiencia dócil que creía cualquier historia contada por los medios masivos de comunicación, es casi un fantasma que tiene poco peso el día de las elecciones. No son millones de votantes indecisos, se contarán, si acaso, por miles y no todos olvidan los agravios reales que han sufrido por parte del PRI y del PAN.

Hasta el sacrificio final del soldado Meade, será intrascendente y servirá de muy poco a los intereses de un PRI moribundo. El rechazo social al PRI corre generalizado por todo el país y en estas elecciones, el pueblo de México mostrara el verdadero tamaño de ese repudio popular.

Solo faltan unos días para que la sociedad mexicana pueda gritar unida: "Hasta nunca PRI".


Malthus Gamba


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