MÉXICO PAGARÁ EL MURO


Para los que tenían esperanza de que Enrique Peña Nieto hiciera un papel digno en la reunión del G-20, está la muy lamentable exhibición de pequeñez, falta de coraje y servilismo mostrada por el peor presidente de México en la historia reciente del país. Teniendo a Peña a un metro de distancia, Donald Trump expresó a la prensa internacional que el muro fronterizo va; a pregunta de un reportero sobre si México pagaría entonces esa construcción, el presidente americano contestó: "absolutamente". La respuesta de Peña Nieto fue una sonrisa idiota y el silencio.

Después, Luis Videgaray, otro servil funcionario que tiene la misma formación y respeto hacia su persona que el presidente en turno, trató de enmendarle la plana, diciendo que no habían escuchado la palabra "absolutamente" expresada por Donald Trump.

Lamentable que los funcionarios que representan al país tengan un perfil tan pobre y vergonzoso; se ha hecho costumbre que miembros del gabinete y otros funcionarios priistas, cometan las peores faltas de juicio y comportamiento a nivel nacional y en extranjero, para dar después torpes explicaciones del porqué de estos garrafales errores.

Aparte de la natural estulticia del primer mandatario y del aprendiz de canciller que lo acompaña, hay otro motivo para mostrar un servilismo tan marcado frente a Trump; el gobierno mexicano necesita con urgencia el apoyo de la administración de Estados Unidos, para trabajar la sucesión presidencial rumbo al 2018. Les urge también que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se mantenga en operación, así sea concediendo a Trump todas las ventajas económicas que está solicitando; de otra forma, las Reformas Estructurales impulsadas por las administraciones neoliberales que han saqueado al país, pierden su razón de ser y dejan a Peña Nieto y los suyos con la carga histórica de ser el gobierno terminó de hundir el proyecto iniciado por Miguel de la Madrid y perfeccionado, en detrimento del país, por Salinas de Gortari. Todo el proyecto de Reformas Económicas se viene abajo sin el TLCAN. Es por esto que tanto Peña Nieto como Videgaray tienen que aguantar las peores humillaciones a las que los somete periódicamente Donald Trump; piensan que el aceptar pasivamente los insultos y vejaciones, los hará gratos a los ojos del verdugo.

Lo peor de todo es que los mexicanos pagaremos el precio fijado por el presidente americano; el TLCAN se ratificará, aceptando todas las desventajas que imponga Trump a nuestro país, en beneficio de los intereses americanos. Las leyes fiscales y laborales se ajustarán de acuerdo a lo que convenga a la economía de Estados Unidos; los productos mexicanos competirán en desventaja en el mercado trilateral (no olvidar a Canadá). Pero todo esto no importará mucho al gobierno priista, si consigue también que Donald Trump acepte e impulse la candidatura del delfín Peñista en 2018. Para ellos es vital que alguien de confianza herede el gobierno, continúe el proyecto neoliberal y brinde protección e impunidad a los corruptos que actualmente gobiernan al país.

Es cierto, Enrique Peña Nieto nunca ha destacado por su brillantes, políticamente hablando, pero su papel actual ante Donald Trump, se debe también al desesperado intento por salvar algo del proyecto de nación que intentó impulsar y que hasta el día de hoy, se ha constituido en un fracaso mayúsculo; también está en juego su seguridad futura y la de quienes lo han acompañado en esta catastrófica aventura. Si no tiene garantía de que sus crímenes quedarán impunes, gracias a la protección de un próximo presidente incondicional, corre el riesgo de enfrentar en el futuro inmediato, tanto a la justicia del país, como a las cortes Internacionales que dieran curso a las acusaciones de genocidio y crímenes de lesa humanidad, que actualmente se encuentran congeladas, así como a nuevas acusaciones que pudieran documentarse y presentarse.

Ese es el fondo real que explica tanta servidumbre de nuestro presidente y su canciller ante un Donald Trump que sabe los tiene en sus manos. Les urge la ratificación del TLCAN y el "palomeo" por parte del titular del ejecutivo americano, del candidato que Peña Nieto tiene ya escogido y que no puede ser otro que José Antonio Meade. Las consecuencias de estos vergonzosos tratos en lo oscuro, los pagará naturalmente el pueblo de México; estamos en vías de ser enteramente el patio trasero del vecino del norte.

Urge el cambio político en el 2018; es preciso estar unidos y apoyar el proyecto alternativo de Morena, para evitar la catástrofe nacional que se avecina. La unidad que se dio en el Estado de México en las pasadas elecciones, debe mantenerse y mejorarse para evitar el fraude oficial. Es la única vía alterna que nos queda y debemos aprovecharla; de otro modo, serán seis años más de hambre, violencia, desempleo, corrupción e impunidad en nuestro país. Nadie en su sano juicio puede dejar que suceda esto. 

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