LA CARA SUCIA DE JOSÉ ANTONIO MEADE

9-09-2016

Hasta hace poco tiempo, los ciudadanos comunes en México, fuimos testigos de una lucha intensa, sorda y sucia, dentro del equipo de "Amigos de Peña Nieto", para posicionarse todos favorablemente, ante los ojos del Jefe y ser distinguidos con el dedazo presidencial, que convertirá a uno de ellos en candidato oficial por el Revolucionario Institucional, rumbo a las elecciones 2018. Se veía muy fuerte a Luis Videgaray y pisándole los talones, Osorio Chong; Aurelio Nuño perdió el paso a raíz de los conflictos que generó su deplorable Reforma Educativa, pero también repartió puntapiés y codazos, como el resto de los competidores.

No obstante, hace apenas unos días, Luis Videgaray ya no aguantó el paso; no pudo con el paquete que significa la depreciación del peso hasta casi las veinte unidades por dólar; el aumento de la deuda externa que compromete el 52% del Producto Interno Bruto para el pago de la misma; el nulo crecimiento de la economía mexicana y el fracaso evidente de las Reformas Estructurales que lo único que han generado son incrementos en el costo de la gasolina y energía eléctrica, con el consecuente aumento generalizado de precios. Ante este panorama negro - muy negro -, Videgaray prefirió dar las gracias y administrarse para competir el próximo año, por la gubernatura del Estado de México; o al menos coordinar esa campaña, para lo que ha demostrado ser muy bueno.

¿Quién llega al quite en Hacienda? Pues nada menos que El Milusos José Antonio Meada, viejo conocedor de la política mexicana, ya que ha trabajado en la Administración Pública en los sexenios de Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y en el actual gabinete que preside su amigo Peña Nieto.

Se ha dicho de Meade que es un político sobrio, recto, sin manchas significativas en su expediente; es apreciado dentro de los Partidos Revolucionario Institucional y Acción Nacional, a los que ha servido fielmente; es apreciado por los dueños del dinero en México y también por quienes han invertido o piensan invertir en nuestro país con capitales foráneos; es apreciado por el clero; no tiene Casas Blancas ni se le conocen actos de corrupción, como al resto del primer equipo del Presidente. Pero, ¿es tan cierta esta carrera política sin mácula? ¿De verdad estamos ante un político honesto?

Para comenzar a examinar las manchas del tigre, veamos la más significativa: José Antonio Meade es uno de los artífices del FOBAPROA, el rescate bancario que aún estamos pagando todos los mexicanos; a él le tocó revisar los préstamos oscuros efectuados entre bancos y que ocasionó uno de los mayores robos a la Nación bajo la bandera bancaria de tú me prestas, yo te presto, pero nunca nos pagamos. Él avaló estos rescates.

Fue también Director de Banrural y durante su gestión, continuó a conociéndose a esta institución como Bandidal, por los préstamos sospechosos efectuados al Gobierno Federal.

Ante el repudio nacional y luego internacional, por el caso Ayotzinapa, José Antonio Meade, desde la Secretaría de Relaciones Exteriores, trato de ocultar La Verdad Real de la desaparición de los 43 normalistas y difundió por todos los medios a su alcance la Verdad Histórica del actual gobierno represor. Las recomendaciones de Organismos Internacionales y los datos aportados por la CIDH, fueron siempre desestimados y descalificados por la Cancillería Mexicana, encabezada por Meade.

Es además uno de los pocos mexicanos que aplauden incansable e incondicionalmente a Enrique Peña Nieto, sin importar lo estúpido de las acciones que ejecute el Presidente; le aplaudió incluso por haber invitado a Trump.

Si José Antonio Meade no es un corrupto consumado, si no posee Casas Blancas, ni tiene cuentas en el extranjero que lo delaten como a otros políticos del PRI y del PAN, señalándolo como un saqueador más del patrimonio nacional, si tiene algo muy grave en su contra: ha trabajado para todos estos corruptos, encubriendo y solapando actividades financieras, políticas y aun criminales, que tienen hoy a México al borde del caos y la ingobernabilidad.Ha sido un cortesano servicial que nunca cuestiona, solo obedece. Se lleva bien con todos, porque no le importan los motivos del Poder; él solo sabe obedecer con disciplina y trabajo.

El Caballo Negro o el Delfín Negro de Peña Nieto, es una apuesta formal del Sistema, para mantener los privilegios que el neoliberalismo Itamita ha forjado. Meade es un discípulo muy a modo para continuar con el proyecto.

Es una lástima que las manchas, aunque se oculten, se notan al final. Meade es parte del problema que actualmente vive el país por falta de honestidad, honradez y limpieza política.

Además, el paquete económico 2017, el tamaño de la deuda nacional, la caída de nuestra moneda y la falta de crecimiento, son piedras que difícilmente podrá mover en el corto plazo Meade, para terminar de proyectarse como El Indiscutible Elegido del Jefe, y ganar el apoyo popular que evidentemente hoy no tiene.


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