DE MORELOS A MORENA



Cuenta la Historia de México, que encontrándose José María Morelos y Pavón seguido de cerca por la brigada realista de Manuel de la Concha y sin posibilidades reales de salir con bien del predicamento, fue alcanzado por las tropas de Nicolás Bravo, quien contaba aún con alguna fuerza militar; éste, le ofreció apoyo en su precipitada retirada. El Congreso de Anáhuac, portador de la Constitución de Apatzingán, que señalaba entre otras cosas: "Queda rota para siempre jamás y disuelta la dependencia del trono español", huía también de la persecución española, unos kilómetros más adelante. A la propuesta de Nicolás Bravo, Morelos solo tuvo una respuesta: "Vaya usted a darle escolta al Congreso, aunque Morelos muera". Nicolás Bravo acudió de inmediato a procurar la ayuda que se le ordenaba y el Congreso se salvó. Morelos sería capturado y fusilado posteriormente.

¿Qué tiene que ver este hecho histórico con Morena? Mucho.

El Congreso de Anáhuac significaba el instrumento político creado por todos los que habían luchado por la independencia de nuestro país; estaba compuesto por diputados y delegados venidos de todas partes del territorio nacional, para dar valor jurídico a la lucha armada. Era una fuerza representativa que debía trabajar permanentemente por los intereses nacionales, a fin de constituirse en gobierno en los territorios liberados por el Ejército del Sur. Morelos entendía que el papel del Congreso, estaba por encima de él mismo y que su permanencia era más importante que la vida del mejor militar y político de nuestra lucha independiente. Por eso su rechazo a salvar la vida a costa de la seguridad de quienes formaban ese cuerpo político y llevaban consigo la Constitución recién promulgada.

Algo parecido (no igual, pero si con muchos puntos en común) sucede actualmente con Morena. El yugo del PRIAN se ha ensañado tanto con el pueblo mexicano, que ha propiciado que la sociedad construya vías políticas alternas, para luchar incansablemente por la salida definitiva de la Mafia del Poder. Ante el fracaso del PRD, hoy el único camino abierto y firme, se llama Morena, encabezada y estructurada primeramente, por López Obrador. Al igual que Morelos, Andrés Manuel tiene una visión no personal del proyecto de nación que estamos construyendo. Él sabe que el Partido-Movimiento es lo más importante en este momento y que cualquier figura, por destacada que sea, está por debajo de ese interés.

Militancia y simpatizantes luchamos desde nuestras trincheras particulares cada día, para perfeccionar y mejorar la calidad de un Partido que sentimos NUESTRO, pues lo hemos construido entre todos. Morena mejora únicamente en base a trabajo diario; parte de este crecimiento, se da en base a la discusión y a la crítica constructiva que tiende a desechar lo inútil y desgastado, para sustituirlo por acciones y herramientas nuevas. No existe otra manera de crecer y mejorar. Lo que no está operando adecuadamente, tiene que ajustarse por necesidad, para no entorpecer la marcha futura.

Andrés Manuel, como Morelos, tendrá que hacerse a un lado cuando su ciclo político concluya; todos esperamos que esto suceda después de haber ganado la presidencia de la República en el 2018, estableciendo y conduciendo un gobierno de cambio, con fines e intereses cien por ciento nacionales, en beneficio de todos. Morena se queda después de la salida de López Obrador y es importante que entonces se encuentre maduro el proyecto político que representa.

Hay quien cree que apapachando al Partido, se protege al proyecto y en consecuencia a Andrés Manuel; hay quien cree que la ropa sucia se debe lavar en casa y no de frente a la ciudadanía; piensan que si existen fallas dentro de Morena, hay que ocultarlas o disfrazarlas, para no perder popularidad o la confianza del votante. Nada más necio y engañoso. El simpatizante no está ciego e inmediatamente nota cuando las cosas no marchan del todo bien. Al ciudadano no se le engaña fácilmente.

Al igual que en el Congreso de Anáhuac, donde concurrieron voces de todo el país, para dar forma a la Constitución de Apatzingán, en Morena deben sonar todas las voces que pretendan aportar algo positivo al Partido, para que la conformación de esta nueva entidad política sea firme y sin vicios traídos del PRIANRD. Recordemos que mucha militancia de Morena, se formó políticamente en las filas de estos tres partidos, hoy aliados y traidores al interés nacional. Es natural que mucho de lo que se implementa organizativamente al interior de Morena, requiera de discusión, para limar los resabios del esquema neoliberal en el que fueron formados todos nuestros políticos.

Andrés Manuel es un personaje extraordinario en la Historia reciente de nuestro país; él ha dado vida al nuevo Partido y es seguro que su principal preocupación es actualmente, el mejoramiento diario de la institución que ha creado. Andrés Manuel escucha a todos, es su costumbre, su forma de ser. Nunca ignora el comentario de quien se acerca a él. Y Andrés Manuel está consciente de que el Partido hoy está ya por encima de él; su sobrevivencia dependerá en el futuro, de la fuerza que militancia y simpatizantes puedan darle, adecuando su funcionamiento a los tiempos nacionales que se vayan dando. Morena no es una estructura monolítica; es algo vivo que requiere atención, consejo y crítica para marchar, formarse y reformarse incesantemente.

Eso es lo que debemos entender todos. Morena pertenece a todos los mexicanos que quieran incorporarse a su lucha; Morena no excluye; incluye. Las voces de todos los que participan en su construcción son importantes y cualquier crítica sana, debe ser bienvenida y no censurada.

Al menos, esa es la forma en que yo veo y siento a Morena. Es la forma en que, pienso, López Obrador la ve también.

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